Rescatando las raíces de nuestros antepasados con Carriazo.

Branding

Illustrations

La narrativa tras la marca, surge al encontrar el origen del material empleado para la realización de los productos; el oro. La búsqueda para la representación gráfica de un mineral que la misma naturaleza nos provee, nos llevó a descubrir su origen cósmico y su unión con la historia ancestral. Los detalles artesanales interpretan retóricamente la fusión de elementos de la naturaleza, en este caso, optamos por una mezcla entre la cordillera de los Andes y el dios sol, conformando así, la esencia del alma: los ojos.

En la antigüedad las culturas indígenas precolombinas caracterizaban al sol como el ojo bueno del mundo, debido a su brillo celestial que los guiaba hacia los tesoros de la naturaleza. El ojo bueno del mundo. Junto con las diferentes adaptaciones de identificador, nos decidimos por remarcar el concepto con ilustraciones que representan tres seres vivos pertenecientes a nuestro ecosistema colombiano, iniciando por nuestra palma de cera del Quindío, nativa de los bosques andinos, la orquídea, flor nacional del país y el colibrí chillón presente en el territorio urbano de los Andes.